Los párpados son una de las estructuras corporales que sufren más los cambios producidos por la edad, sobre todo los producidos por la acción de los rayos solares.
La aparición de manchas en la piel, arrugas y bolsas transforman el aspecto facial de manera distinta en cada persona.
Si nota un cambio de color o crecimiento de un lunar que “tuvo de toda la vida”, consulte a su oftalmólogo.
Si hay una rotación del párpado hacia fuera (ectropion) la parte inferior del ojo queda desprotegida y aparece un enrojecimiento y se añade un lagrimeo. En cambio si hay una rotación hacia adentro (entropión) las pestañas contactan con la córnea produciendo úlceras y dolor. Carece de sentido el quitarse las pestañas cada vez que molesten cuando lo que en realidad hay que corregir es la posición de párpado mediante una intervención.
El párpado superior bajo, también llamado ptosis palpebral, además de producir un llamativo defecto estético, puede llegar a dificultar la visión si ocluye el eje visual. Generalmente es necesaria una intervención para reparar el músculo elevador, puesto que lo que ha ocurrido es que se ha desinsertado del párpado superior, cayendo éste hacia abajo. Cuando el músculo está muy inhabilitado, circunstancia que ocurre con cierta frecuencia de forma congénita, aún existe la posibilidad de suspender el párpado de la ceja mediante la utilización de tejidos biológicos propios (fascia lata o aponeurosis del temporal), o bien materiales sintéticos de fácil integración.
Pueden ser benignos, pre malignos o malignos. Ante la primera aparición de cualquier tipo de lesión alrededor de los ojos DEBE consultar con urgencia a su oftalmólogo. Recuerde que una lesión que se extirpa debe ser analizada por un MÉDICO anatomopatólogo, es de la única forma que podrá asegurar su grado de benignidad. Una lesión que se quema, se pulveriza y no puede ser analizada.
